Silencio, ¿para qué?

Silencio, ¿para qué?

¿Tiene sentido el silencio? ¿Sirve para algo el silencio?

Es frecuente que aconsejemos la práctica del silencio por costumbre, por rutina, o porque es normal proceder así al comenzar unos días de retiro. En estos casos, lo que aconsejamos es que no hablemos, que no digamos “palabras” que nos callemos, que no charlemos ni nos comuniquemos con los demás…, pero, en realidad, solo eso no es silencio.

Silencio, el silencio de verdad, el silencio tomado en serio, es mucho más; abarca a toda la persona, a todos los niveles de la persona, cuerpo, afectividad, mente, corazón, Ser Esencial. Toda la persona es la que puede ser silenciosa o ruidosa. Es la persona entera la que puede vivir una experiencia de silencio.

Pero, ¿tiene sentido el silencio? ¿Sirve para algo el silencio?

A veces no sabemos qué hacer con el silencio. Sabemos que tenemos que guardar silencio. Así lo indicamos o exigimos a otras personas estos días de retiro o ejercicios espirituales…, pero, en realidad, no sabemos que hacer con el silencio. Incluso religiosos y religiosas, sacerdotes y personas comprometidas, en días de retiro, aún comprendiendo que el silencio es bueno y necesario, no saben qué hacer con él. A nosotros mismos nos habrá pasado más de una vez… Nos dicen que nos callemos, pero no sabemos que hacer con el silencio, para que sirve el silencio, cómo vivirlo.

  • Urge descubrir el silencio, el valor del silencio.
  • Urge descubrir el por qué del silencio, el para qué del silencio.
  • Urge descubrir el contenido del silencio.
  • Urge descubrir el sentido del silencio.
  • Urge descubrir, en definitiva, la riqueza y el misterio del silencio.

De no ser así, se convierte en un contrasentido que conociendo la necesidad del silencio, no sabemos cómo hacer silencio, como ejercitarnos, qué hacer en él, qué finalidad tiene y a donde nos acabara conduciendo.

  1. ¿Has descubierto tú el sentido del silencio?
  2. ¿Eres consciente del “miedo” que te da el silencio?
  3. ¿Te sientes llamado a buscar y vivir experiencias de silencio?
  4. ¿En circunstancias de retiro o ejercicios espirituales sabes que hacer con el silencio: simplemente te callas externamente y hablas cuando surge la ocasión?
  5. ¿Has vivido experiencias fuertes de silencio que te han llenado intensamente?

Una primera razón para guardar silencio te dispone para:

  • poder escuchar,
  • poder percibir tu propia realidad
  • y la realidad que te rodea.

Practica el silencio. Ejercitando esta finalidad. Escucha, percibe, date cuenta de ti mismo y de todo lo que te rodea.