Jesús y las Enfermedades de su Tiempo

Jesús y las Enfermedades de su Tiempo

Los evangelios nos presentan a Jesucristo el “gran taumaturgo” que pasó su vida haciendo el bien y curaba, sanaba y consolaba a todos los que se le acercaban. San Marcos describe 17 escenas de curaciones; Mateo identifica 16; Lucas 13 y San Juan apenas 3.

Las enfermedades señaladas o identificados son: ciegos, cojos, sordos, mudos, paralíticos, leprosos, epilépticos, hidrópicos, endemoniados y/o poseídos. En algunas ocasiones hablan de curar enfermos y enfermedades sin precisar ni el número de las personas, ni las enfermedades concretas.

Llama la atención que curó o sanó a cinco mujeres identificadas como:

  1. La suegra de Simón que padecía de fiebre y una vez recuperada…(Mc. 1, 29-30)
  2. La hemorroisa que había gastado una fortuna en médicos (Mt. 9, 20-22)
  3. La hija de Jairo, niña que muere antes que Jesús llegue al hogar (Mc. 5, 22-42)
  4. La hija de la cananea, en la región de Tiro y Sidón, ésta no es judía (Mt 15, 21-28)
  5. Un sábado, en la sinagoga, a una mujer que llevaba 18 años encorvada (Lc. 13, 10-13)

La lepra era una enfermedad contagiosa y obligaba a los leprosos a mantenerse viviendo alejados de la sociedad y e incluso de participar en los cultos sinagogales, ni en el templo. Por eso, desde lejos, gritaban, solicitaban ser curados. En una ocasión Jesús sanó diez leprosos y de éstos tan solo uno regreso a darle las gracias y éste no era judío, sino samaritano (La. 17, 11-19).

Los paralíticos sanados fueron varios. Llama la atención, uno traído en camilla por varios hombres y venciendo varios obstáculos lo presentaron ante Jesús (Lc. 5, 17; Mt 9, 1-8)

Los ciegos fueron varios, también, el ciego de Jericó (Mt. 20, 29-34); otros dos ciegos a la salida de la Casa de Jairo (Mt 9, 27-31.

Podría seguir analizando otras curaciones y sanaciones, pero en estas escenas descubro, en primer lugar, la benevolencia y acogida que el Señor Jesús prodiga con los enfermos. En segundo lugar, se destaca la fe de las personas. La hemorroisa: “Si tan solo logro tocar el borde del manto…” Jairo, tengo fe, aumenta mi fe”. Los ciegos gritan: “Hijo de David, ten piedad de nosotros”. Otro elemento que deseo reconocer: “el agradecimiento”. La suegra de Simón, una vez curada, se puso a servirles… El leproso samaritano regresó a agradecer.

La cuaresma es el tiempo propicio. Jesús quiere sanarnos cualquier dolencia, enfermedad, ceguera, parálisis física o espiritual, sordera o limitación Antes que nosotros se lo pidamos, ya el Señor conoce la necesidad. Tenemos que acercarnos a Jesús, con humildad, con sencillez, con fe y la mejor disposición para aceptar la voluntad de Dios. Escuchemos su voz.

Comencemos perdonando, amando a los enemigos y agradeciendo los favores recibidos.