La adversidad es una gran maestra
- A veces, cuando triunfamos, no aprendemos mucho, pero cuando llegan las más serias dificultades, entonces si se agudiza la inteligencia y se adquieren muy provechosas experiencias. (Mandino)
- En los momentos difíciles y de serias dificultades es cuando sabemos quiénes son nuestros verdaderos amigos. Hay que aprovechar esos momentos para contar cuántos son. (Evely)
- Cuéntales a tus familiares y amigos los favores que Dios te ha hecho a ti y lo bueno que Él ha sido contigo. (Mc. 5, 15)
- Recuerda que cada fracaso pue ser un trampolín o resorte que te lanzará a mayor altura. Y la dificultad puede ser como una piedra en mitad del camino que al quitarla de allí con tus esfuerzos, va a permitir encontrar tesoros en el sitio en donde estaba.
- En tu vida, como en la de todos los seres humanos, hay estaciones y mareas. Un día sentirás fríos paralizantes y otro te llenarás de calores de entusiasmo. Pero esas estaciones no son duraderas. También tendrás mareas con olas muy altas que te llevan a tocar casi con tus manos el triunfo, pero luego vendrán mareas con olas que bajan tanto que te llevarán casi al fracaso definitivo. Pero todo eso irá pasando. Y si resistes se podrá decir de ti lo que dijo el salmista: “Al sembrar iba llorando, y al cosechar volvió cantando. Los que sembraron con lágrimas, recogerán entre gozos y alegrías”(Sal 125)
- De toda palabra que haga daño a los demás tendrás que darle cuenta a Dios el día del juicio. (Mt. 12, 36)
- Acuérdate de los que están en la marea baja de las dificultades y angustias, y ayúdales cuanto mas puedas, porque un día, tú que ahora vas en las olas altas del triunfo, puedes descender a la aflicción, y entonces necesitarás que te den a ti lo que ahora estás regalando, y te darán según sea la medida de generosidad con que hayas sabido ayudar. (Carnegie)