Siervas de María de las Antillas

Superiora Provincial

Confianza en Dios

A pesar que le costó asumir el cargo de Superiora Provincial de Las Antillas, Madre Soledad Sanjurjo, puso su confianza en el Señor y emprendió una fecunda obra de gobierno en la Provincia. Se preocupó en primer lugar por el crecimiento espiritual de sus Hijas. Visitaba anualmente todas las casas de la Provincia, que entonces eran siete en Cuba y tres en Puerto Rico. Alentaba a las Hermanas a la vivencia de sus compromisos religiosos con la palabra y el ejemplo, procuraba su bienestar físico y ayudaba en la medida de sus posibilidades hasta a los familiares que estaban en alguna necesidad. Su caridad era grande para todos y a ejemplo de nuestra Santa Fundadora, de quien fue fiel imitadora, a ello animaba a las Hermanas entre ellas mismas, en el ejercicio de la misión con los enfermos y en la atención de cuantos tocaban a las puertas de nuestras casas.

Proyectos

En este período emprendió uno de los proyectos más acariciados por ella: “abrir una Casa Noviciado donde las jóvenes vocaciones que iban surgiendo en Las Antillas pudieran recibir la formación necesaria para ser Siervas de María”.

“Tengo la plena seguridad de que ha de poner todo su haber y poseer en asunto de tanta gloria de Dios, como esperamos ha de ser el proyectado Noviciado”.

Presentó éste, su proyecto, al Capítulo General de 1952 y fue aprobado por unanimidad. Y con gran alegría así escribía a una Superiora: “El trabajo que nos espera es arduo, pero con la gracia y ayuda del Señor -que no nos ha de faltar- y la buena voluntad de todas esperamos ir adelante con la empresa. Luchó contra un cúmulo de dificultades, pero el 30 de mayo de 1954 vio Madre Soledad Sanjurjo realizado su sueño con la inauguración del Noviciado con siete postulantes. La fe y la confianza que la Madre puso en Dios y en la Santísima Virgen, de la que era devotísima hija, ha sido premiada con el continuo florecer de vocaciones tanto en Puerto Rico, como en República Dominicana y Cuba.

Gracias al a cuidado y diligencia de Madre Soledad Sanjurjo, nuestra Congregación se extendió en nuestra Provincia con la apertura de nuevas casas:

  • En República Dominicana: Santo Domingo. Hospital San Isidro, Santiago de los Caballeros y La Vega Real.
  • En Puerto Rico: Caguas y Aibonito.

Otros tantos Sagrarios que se abrieron en compensación de los que con honda pena tuvo que ver se cerraban en nuestra Hermana isla de Cuba. “Quiera nuestro Señor y la Santísima Virgen ayudarnos en todo y puedan quedar cumplidos nuestros justos anhelos”.

A tenor con el interés que se tomaron siempre nuestros superiores mayores para que las Hermanas recibieran una formación espiritual sólida y de acuerdo a nuestro género de vida consagrada al servicio de los enfermos, procuró, Madre Soledad Sanjurjo, que sus Hijas en Las Antillas se formaran debidamente enviándolas a estudiar a escuelas de enfermería acreditadas. Así las Hermanas que se dedican a este ministerio pueden presentar sus documentos de enfermeras profesionales cumpliendo con los requisitos establecidos en cada uno de los países que integran nuestra Provincia.

“Que todo redunde a la mayor gloria de Dios y engrandecimiento de nuestro amado Instituto y en particular de esta Provincia Antillana”.